Ecos de un Nobel

Ahora que Mario Vargas Llosa por fin ha obtenido el Premio Nobel que tanto se lo merecía por lo prolífico de su obra, se ha roto ese estigma que sobre él pesaba, así como sucedió con Jorge luis Borges, y todavía ahora sucede con Carlos fuentes y otros escritores que hicieron del Boom latinoamericano una de las mejores riquezas culturales que hemos tenido los latinos en el mundo. Se decía que éste no lo había conseguido por sus posiciones políticas que afectaban a las concepciones ideológicas de los jurados encargados de elegir a los galardonados, y que como en el caso de Borges, se iba a morir sin él. Y se demostró lo contrario a pesar que el premio en numerosas ocasiones ha sido otorgado a escritores desconocidos, tal vez por que hablan otros idiomas, o simplemente porque éstos no los tenían en cuenta. Y así ha sucedido siempre porque así somos. Borges murió sin él. Carlos Fuentes todavía esta vivo, y probablemente estas habladurías continuarán aduciendo que por sus posiciones en contravía a los estados Unidos, representa una corriente de pensamiento muy opuesta a a la que Mario Vargas Llosa ostenta ahora.
En "Los Cachorros", libro que me recuerda que así como lo es en el cine, sería el inicio de lo que constituirían en el futuro la mayoría de sus obras. Fellini lo haría con su película "Ocho y medio (8 1/2)", el autor de Giulietta de los Espíritus, y que nos enmarcaría dentro de las características de lo que serían sus obras, y que con "Fellini Satiricón" y sus otras películas serían la expresión a lo que con el tiempo llegaría este director. Algo semejante a lo de García Márquez al comienzo de las suyas. Con "El Coronel no tiene quén le escriba", "Los Funerales de la Mamá Grande", serían el preludio de lo que hoy es su literatura, y que la suma de ésta se compendia en "Cien años de Soledad" , o "El Otoño del Patriarca" adonde nos recrea con la historia de un dictador mientras una vaca mastica y muge dentro del palacio que en otrora representó su poder, también nos enseña que el uso de las comas, los puntos y comas, y los puntos, en la grmática española son apenas unas formas que nuestro idioma utiliza para que comprendamos lo que nos cuenta el autor, pero que también podría ser lo que en el internet vemos: La puntuación ya no importa. O nos recrea posiblemente la continuación de aquellos escritores que fueron influidos por Hemingway, Dos pasos, Willian Faulkner; o en lo nacional Alvaro Cepeda Zamudio y otros escritores que vivieron la masacre de las bananeras y la depresión capitalista de 1928.
Mario vargas Llosa es nuestro nuevo Nobel en América Latina, que nos induce a creer también que nuestro continente de habla hispana también influye en los destinos del mundo; y que por algo la rencilla que tuvo con nuestro Nobel García Márquez por unos supuestos líos de faldas, no son más que esa desaveniencia entre esas formas de mirar el mundo bajo concepciones opuestas, pues ya sabemos que juntos durante muchos años compartieron ideas con la llegada del socialismo a Cuba; pero que con el tiempo terminaron distanciados, así como lo hicieron otros escritores famosos en torno a lo que representa la "Revolución cubana" y al famosos caso "Padilla" en nuestro continente.
Y es que este premio que fue creado por Alfred Nobel también es un eco de lo que en realidad ha sido nuestro universo. Un mundo convulsionado en el que éste amasó su fortuna con la invención de la dinamita, que además de servir para el desarrollo de las obras de ingeniería también se utilizó para la guerra; y que como legado para tratar de resarcirse con su espíritu por los daños que pudieron causar sus inventos, decidió que casi toda su fortuna fuera destinada a premiar con su Fundación a los que contribuyeran con el desarrollo del mundo en las ciencias naturales y humanísticas. Parecido a lo que también hizo Einstein, el que con su teoría permitió el desarrollo de "Bomba nuclear", que los Estados Unidos utilizaron en la Segunda Guerra Mundial contra Hiroshina y Nagasaki, a pesar que ya tenían el triunfo asegurado.
Esos son los ecos del Nobel. De Alfredo Nobel, claro está. Y las de los que se los han ganado.