Un viaje a lo Freudiano

Supóngase que Ud. esté hablando mal de un vecino por alguna desaveniencia que no conoce, y que cuando vaya a salir, éste lo está esperando al frente de la puerta con una escoba recogiendo la mugre que entra de la calle al interior adonde existen varias casas. ¿Bueno, cómo queda Ud.? Ahora bien, Ud. va a salir y se lo encuentra reiteradamente, o va a una ofícina adonde un abogado amigo, y a quien relacionó con su papá para que le llevara un negocio en un juzgado, y tambien se lo encuentra. Son cosas de brujos. Es más, Ud. le dice en el centro, a un personaje que distinguió hace muchos muchos y del cual no recuerda, pero que por esas extrañas coincidencias de que uno va al mismo sitio a tomarse una cerveza, y le comenta que quiere montar una oficina para hacer cualquier clase de trabajo a particulares, y cuando llega a la casa su mujer le dice que se la prestó a una vecina, y su mamá le arguye telefónicamente que ésta ya no le pertenece. Una noche dice que va a salir temprano al otro día para comprar una mercancía, y de pronto le sale un personaje al que nunca había visto, lo coge por el cuello, lo amenaza con un dedo al que confunde en medio del susto con una pistola, y sin embargo nota que éste no hace sino mirar para atrás, y cuando nota que medio afloja, se suelta y sale corriendo y atraviesa la avenida intempestivamente en medio de los carros, y ya llegando al separador de la otra vía, ve que un lustrabotas que siempre se lo encontraba cuando iba por esta misma avenida se le viene corriendo como amenazante. Sin embargo por esas cosas del destino no se devuelve y por el contrario lo trata de enfrentar, mientras éste lo único que hace es reírse en su cara y continúa como si no hubiera pasado nada. Después los sigue viendo. ¿Quién le va a creer ese cuento? Y si se hubiera devuelto. Seguramente Ud. está loco. De un primo, hace mucho más de 30 años, los familiares decían de éste que se drogaba, y que con el cambio de luna se le corría la teja. Lo sabían porque en esos días se le daba por afeitarse. Y claro, uno no sabe el qué dirán los demás. Yo por lo menos de aquel me creí el cuento, y traté de evitarlo hasta que no lo volví a ver. Unos años después supe que mantenía drogado con pastillas formuladas por su siquiatra, porque definitivamente el mal de la locura a veces le repetía con los cambios de las fases de la luna. Hace muchos años a uno le metían el cuento que la esquizofrenia era una enfermedad con la que se nacía, y sin embargo me atrevo a decir que existen personajes que se inventan esos cuentos con el fin de hacerles creer a los desinformados que en verdad lo son. Hay un película de Trufeau, que nos recuerda a la hija de Victor Hugo persiguiendo toda loca a su amante que era un alto mienbro del ejército Francés en las guerras que libraban en las colonias del Africa. Era una época en la cual a las personas idas de las mentes se les consideraba como tomadas sus mentes por espíritus malignos, cuando en realidad es que presumiblemente fueron llevadas a esa situación mental en la cual el ser humano pierde su razón de ser y termina como a muchos que vemos por las calles. Y no por los apremios del dinero, sino por otros motivos. Con la revolución Francesa muchos de esos conceptos cambiarían y hasta en el modo de vestirse también. Las apariencias engañan. Freud con su sicoanálisis nos demostró que estamos inmersos en esos mundos a donde la sociedad nos subsume y que existen personajes que actúan unívocamente para conseguir su propósito. Incluso muchas veces constreñidos bajo amenazas disfrazadas, tan sutiles, que ud. puede terminar hablando solo. Recordando lo anterior, presumo que cuando mi mamá me dijo éso, lo pudo haber hecho bajo otras circunstancias. A las personas mayores muchas veces se les constriñe igual que a los niños. Clavijo, del que hablé en una ocasión anterior lo decía cuando elucubraba sus mates de ajedrez, que mientras a él le parecían tan fáciles, a los legos en este juego, nos parecía demasiado extenuantes. "Es como quitarle un dulce a un niño". Ahora que tal otra historia. Supongamos que salga de la casa. Otro vecino le pone una bicicleta a la entrada. Después dos niños le arrojan una pistola de juguete, uno de los pocos clientes que le compran en el vecindario le dice que dos collares que anteriormente le había vendido le salieron malos, otro anteriormente se le ha parado al pie de la puerta, y dice como para que lo escuche que ya va a salir, y Ud. como en esas pesadillas que se tienen a través de los sueños le salen emboladores, gamines, ladrones que se pegan de nada, y como lo ven mal trajeado y sin trabajo, hasta los perros se los hacen aullar, y así por el estilo las mujeres de la calle y homosexuales lo chiflan, y lo provocan como si se tratara de un delincuente. Si Ud. no ha vivido la calle, tal vez termine de la misma manera de la que estoy comentado. O sale loco, o... Ud. es libre de pensar lo que quiera, pero puede imaginarse lo peor. A cuántos no ha visto deambulando por la calle, solitarios. Es más a cuántos no ha visto morir de miedo. Qué cree. Que los que se suicidan lo hacen porque si. Me atrevo a afirmar que no. Hay maneras muy sutiles para crearle el miedo. Cuando estuve completamente ido de la cabeza comprendí la infelicidad del ser humano en la que se termina siendo víctima de cualquier personaje siniestro. Y claro que Freud según tengo entendido el mismo practicó con su propio ego que hasta llegó a drogarse. Otros lo hacen buscando el éxtasis. Y eso que muchas veces le bloquean sus actividades personales tanto de trabajo, como de familia, y los obligan a andar como unos bobos. Abstraidos como anduve sin un peso en el bolsillo, y mirando uno de los vecinos me salía, mientras veía a perritos que antes había visto, muertos. Gatos, ni hablar. Es como si ud. estuviera preso en su misma casa con sus mismos familiares, y de pronto lo son todos. -Válgame Dios, dicen los Tolimenses., Ave María Prísima, dicen los montañeros venidos de la colonización Antioqueña. Este tipo de argucias a uno le parecen que no son tan comunes, que incluso cuando se escucha voces que lo amenazan como: 

 -Esta noche lo matamos.

Eso no existe. Imagínese que se tenga en la columna vertebral sendas varillas, o que en la operación le hayan colocado un chip. Si. De verdad que tiene que estar uno loco para hablar de este tema tan tranquilamente, mientras por las calles , en la misma casa, y en el vecindario le está sucediendo estas cosas imaginarias. No me crea. El poder del cerebro del que nos habla Freud, es muy complejo. Ahora qué tal como el del autor del "Arte de Amar" y que tiene un libro sobre los ávaros. Aquellos que a fuerza de sacrificios han conseguido su dinero, y de tanto ahorrar y ahorrar terminan por llegar idénticos a los que no tenemos trabajos. No ha oido la historia del rey Midas? Veamos.
Compre nuestros libros dando clic en cada uno. Prioritario: Historia Básica del Tolima


.