Un viaje a lo Freudiano

Supóngase que Ud. esté hablando mal de un vecino por alguna desavenencia que no conoce, y que cuando vaya a salir, éste lo está esperando al frente de la puerta con una escoba recogiendo la mugre que entra de la calle al interior, adonde existen varias casas. ¿Bueno, cómo queda Ud.? Ahora bien. Va a salir y se lo encuentra reiteradamente, o va a una oficina adonde un abogado amigo, y a quien relacionó con su papá para que le llevara un negocio en un juzgado, y también se lo encuentra. Son cosas de brujos. Es más, le dice en el centro, a un personaje que distinguió hace muchos, muchos años, y del cual no recuerda, pero que por esas extrañas coincidencias de que uno va al mismo sitio a tomarse una cerveza, y le comenta que quiere montar una oficina para hacer cualquier clase de trabajo a particulares, y cuando llega a la casa, su mujer le dice que prestó el periódico que dejó para leer más tarde a una vecina. Y sucede que antes lo había comprado en la plaza Santander de Bogotá, lo leyó u...