Con la visita de Ahmadineyad a algunos países latinoamericanos, y su no inclusión dentro de ésta a Brasil y/o a algún otro país que dentro de su agenda pudiera ser considerado como su amigo y socio, refleja esos vientos que aunque en medio de amenazas, se ciernen en ese conflicto sobre lo que Irán quiere dentro de su política interna y externa. Su derecho a seguir sus prácticas de desarrollo tecnológico en la producción de la bomba nuclear mediante la purificación del uranio, aduciendo que Israel ya la tiene; y que sus experimentos los hace para la producción de energía de manera pacífica; mientras que Israel advierte, que dentro de su política está su intención de acabar con un país y un Estado. Una controversia que amenaza con desencadenar una guerra, en la que los Estados Unidos sabiendo del peligro que representa el poderío que ahora encabeza Ahmadineyad en un medio oriente conflictivo, porque la primavera árabe todavía no termina, y un posible ataque judío sin consultar a Washington bien pudiera desencadenar una guerra impensada.
La amenaza iraní de cerrar el estrecho de Hormuz por donde circula la mayor parte del petróleo que va a las refinerías de los países occidentales, no hacen más que avalar que Irán bien pudiera legitimar su derecho a la producción de la bomba atómica. Una guerra impensable porque tanto occidente como los países arabes y el mismo Irán saldrían perjudicados. Mucho más, cuando la OTAN ha triunfado en su guerra contra Libia con el respaldo de un Obama que cautelosamente no se quiso llevar todo el peso de la guerra contra Gadafi.
Estos vientos no son más que esas viejas prácticas que siempre se hacen en los mares, cuando las grandes potencias muestran su poderío a sus adversarios con sus buques fondeados en los puertos príncipales de los países que estan defendiendo, y en este caso la de Estados Unidos que no están dispuestos a que el lider irani se salga con la suya.
Un país tan diferente a la visión que nosotros tenemos de ellos, porque están enclaustrados dentro de unas costumbres y mentalidades milenarias en la que la simple diferencia de género, conlleva a que se vea a la mujer como una esclava. Un país que no le queda más recurso que seguir con su programa nuclear, mucho más si se le amenaza con una sanción económica por parte de Europa que económicamente está envuelta en una crísis profunda del Euro, desde que Grecia no pudo cumplir con sus acreedores, y que con ella se llevó a Italia, a España, y a la misma Alemania, en una crísis que no se daba desde la segunda guerra mundial cuando los Estados Unidos con el plan Marshall pretendieron la reconstrucción de Europa ante la amenaza de un avance del comunismo en estos países.
Unos Estados Unidos que hacen su presencia en el estreho de Hormuz como única forma disuasiva ante un Irán dispuesto a cerrar dicho estrecho si los países occiedentales, Rusia y China le hacen un bloqueo económico.
En esos juegos de guerra, nadie se atreve a pensar lo que pueda pasar. Si los dueños del poder en Israel se deciden a un ataque por su propia cuenta, sus consecuencias ya las han medido los iraníes porque saben que su advertencia pesa adonde todo el oro negro circula. Mucho más con la visita que acaba de hacer, a pesar del desencanto que tuvo con Argentina y Brasil, países con los que tambien tiene acuerdos y tratados.
Aunque la presunción de que los vuelos secretos cargados con uranio desde Venezuela hacia su país pudieran ser infundados, su interés en tener acuerdos comerciales con los países que gozan de la fama de haber dado un viraje hacia la izquierda en América Látina, todavía no lo acreditan como los verdaderos orientadores de giros más favorables hacia una verdadera democracia reconocida internacionalmente, porque dentro de sus imaginarios, nuestros conceptos son muy arcaicos. Más bien, su defensa de los recursos petroleros, son aplaudidos por todos aquellos que están en contra del viejo colonialismo; pero sus prácticas de guerras, bien pudieran homologarse al peligro incendiario de otra guerra sobre la nueva repartición del mundo.
Aunque ahora nuestro universo ha cambiado, los conflictos que hay, bien pudieran avisorar nuevos vientos de guerras.
