Sí, a la Paz (Parte 4)


Quienes aducen que hubo un mal acuerdo por parte del gobierno de Santos con la guerrilla de las FARC seguramente que pesa más en ellos los desacuerdos personales que ha tenido con su antiguo aliado que lo llevó a la presidencia. Las personalidades siempre han influido en la política, ya que el acto de gobernar se hace entre hombres de carnes y huesos con pensamientos diferentes, y no el de entes abstractos, si no el de fuerzas ideológicas que hoy están asentadas en el poder, y que por lo visto a pesar que el gobierno ha querido acercarse a esa otra corriente ideológica que no es partidaria de un acuerdo, Uribe no la ha aceptado. Nos recuerda a esa otra guerra que tuvo este país como fue el de los Mil Días donde los espíritus partidistas de liberales y conservadores en su tiempo, hicieron que este país se destruyera entre hermanos, y que por andar en esas guerras por el poder los colombianos perdiéramos a Panamá, y que incluso hace pocos años en medio de un país de múltiples nacionalidades y etnias, casi que  se divide cuando hubo pregoneros que pedían a todo pulmón la independencia por una Antioquia federal, tal y comos sucede en España con los nacionalistas Vascos y los de Cataluña. Ya el Brexit lo está demostrando con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea que amenaza con producir otras crisis nacionalistas que incluso en la Gran bretaña ya se perfila una nueva división donde los antiguos contendientes que ahora están unidos tras las guerras que los estigmatizaron entre católicos y protestantes, y que se reflejaron con la antigua guerrilla del IRA que hasta hace poco se reconcilió con la Paz, pero que ahora esta situación ha ocasionado que los escoceses y de nuevo los irlandeses amenazan nuevamente con exigir la separación del Reino Unido porque están de acuerdo en continuar con la permanencia en la Unión Europea, 
Aquí en Colombia no se trata de éso. Las diferencias ideológicas entre los antiguos partidos tradicionales ya no son las mismas que incluso no se diferencian en mucho, y la guerrilla de origen comunista ya no es la misma que antes porque nuestro universo político y social ha cambiado y distorsionado con los negocios de las drogas y las armas, que es justo que un acuerdo que abre el camino hacia una Colombia en Paz no debe de ser desaprovechada porque hasta ahora es la única ocasión que el enfrentamiento entre hermanos los acerca con esta posibilidad que redundara en beneficio de tierras olvidadas y de familias enteras que nunca han contado con los beneficios del Estado.
Todavía no se entiende que votar por el No es votar por la Paz sin que nos planteen una alternativa que no sea el de la guerra. Lo que se necesita es una Paz duradera para que con los años ese espíritu belicista que tanto daño ha hecho a este país,sea el de un imaginario muy diferente para las futuras generaciones, y que está bien las ambiciones por el poder que es ni más ni menos lo que quieren los que participan en los partidos políticos, se haga mediante las votaciones populares y no mediante la presión de las armas, ya que afortunadamente el peso de la democracia mediante la elección popular tiene peso entre los colombianos.
Las revoluciones como las de la Unión Soviética con los bolcheviques, o la de Cuba que tanto influyó en América latina para que surgieran las actuales guerrillas que hoy existen, e incluso la de Mao en China donde un Estado socialista ha terminado en un híbrido de socialismo de estado con características de tipo capitalista ni siquiera son parte de las nuevas ideologías que vienen surgiendo respecto al manejo del poder y de la estructura social y estatal por las que antes lucharon todos los grupos políticos que hoy están tras el poder en nuestro país. Tal vez la Paz ahora no tenga un color político, si no la necesidad de todo un país de salir de un embrollo de guerra demencial entre hermanos, ya que al fin y al cabo todos tenemos que convivir y de buenas maneras en el que creemos sea el mejor para nosotros y para las futuras generaciones.