Elecciones en Colombia: "Santos Vs. Zuluaga" (Parte 2)

HISTORIA 7.
Ante un eventual triunfo de Zuluaga en las elecciones para la presidencia el próximo 15 de junio querría decir que buena parte de la población que decidió votar en su favor no comparten plenamente la política del acuerdo de paz que viene impulsando Santos con las FARC, y también la posible inclusión en los diálogos con el gobierno quedarían en suspenso. Sería así, una especie de interdicción política a los acuerdos que hasta ahora nunca se habían dado en estos 50 años de violencia guerrillera, ya que el mismo candidato del Centro Democrático ni siquiera mencionó dentro de sus locuciones públicas la intención de una negociación, solo hasta que pactó con el sector conservador que apoyó a Marta Lucía Ramírez dejó entrever que aceptaría los diálogos de paz a cambio que renunciaran a hacer la violencia, desconociendo que en Colombia no existe una confrontación armada, sino una escalada terrorista de unos grupos marginados de la ley. Algo que paradójicamente contradice los acuerdos a que ha llegado el gobierno de Santos, incluyendo el que se acaba de hacer al reconocer por primera vez el derecho de las víctimas de esta  a que sean resarcidos por el estado los daños ocasionados, y después que el mismo gobierno ya los había reconocido en "La  ley de Víctimas". El Pacto de Roma que hace parte de nuestro andamiaje jurídico internacional, impide que los actos cometidos de lesa humanidad y los crímenes de guerra cometidos contra personas y organizaciones sociales, más los otros delitos que allí están contemplados puedan quedar excluidos en el actual acuerdo que el gobierno viene haciendo con la guerrilla, y que seguramente el estado y los insurgentes tendrán que acomodarse a esta nueva legislación internacional de la cual hace parte Colombia. 

En fin, de llegar a ganar este, podría quedar empañado todo lo que hasta ahora ha logrado el gobierno con la guerrilla, pues las posturas del contradictor electoral de Santos son tan variables y acomodaticias a la situación del ambiente de Paz que se está generando en Colombia. Es más, esos imaginarios de la guerra que durante casi un lustro se dieron por parte del gobierno de Uribe, bien podrían terminar por gestar otras circunstancias que impidan lo que hasta ahora ningún gobierno había hecho con la guerrilla de las FARC, y el hecho que una organización como el ELN también esté dispuesta a participar en un futuro diálogo con el gobierno. 

Sobra decir que la influencia que Zuluaga ha logrado enarbolando las banderas de lo que el gobierno de Uribe hizo en su gobierno ha calado tanto que muchos otros sectores de la población se han creído el cuento de que dicho gobierno sería lo mismo. Hay que destacar que las vigilancias privadas que en coordinación con el Estado adonde los colombianos fuimos metidos en el cuento de esa guerra insoluble contra una guerrilla despiadada generaron otra serie de conflictos donde  muchos particulares y del narcotráfico se impusieron no solo en el campo, sino en las ciudades a donde los sectores de la población con poca capacidad económica terminaron creyendo el cuento de que la solución era por la vía de la justicia privada y personal que incluso uno podía escuchar en la boca de muchos ciudadanos que la limpieza social era la que estaba mejorando la vida en las ciudades. Así fue como se cometieron otras faltas de carácter delictual de muchos particulares en ese ejercicio, mientras se combatía a la subversión en la zonas rurales de Colombia, y  en las urbanas para combatir a los auxiliares de la guerrilla, y supuestamente del narcotráfico, se dio aparentemente una especie de patente de corso para que los mismos particulares confrontaran a la delincuencia, que incluso hasta los mismos vecinos al organizarse terminaron también en saciar sus propios intereses particulares en una especie de rapiña donde muchos terminamos enredados por estas redes parapoliciales en un amedrentamiento no solo físico sino mental, ya que mediante el miedo muchos favorecidos por estas fuerzas oscuras terminaban quedándose  con bienes ajenos. Y el que escribe esto lo piensa así, ya que durante muchos años, e incluso casi que desde niño fue sometido a una especie de presión gubernamental a donde aparentemente se le hizo creer que era perseguido por su manera de pensar que incluso sin serlo así, ha sobrevivido a la persecución de estos personajes de calles que cuidan carros, venden lotería, son vigilantes privados o escogiendo algún sector de un barrio deciden regar el rumor por cuenta de los que les han dado sus patentes de corsos para vilipendiar y amedrentar a aquellos que han sido escogidos por estos todo poderosos hombres supuestos de ley o de mecenas que parecían más bien favorecer a unas familias acaudaladas.

Y claro que en esos ríos revueltos muchos terminan secuestrados o muertos, y con los años se termina comprendiendo que delinquieron y que ellos mismos se pusieron la soga en el cuello, porque también pudieron terminar extorsionados. Esas vigilancias privadas sirvieron a más de un grupo para que la sociedad se creyera el cuento de que en verdad estaba siendo vigilada por la leyes de los particulares, sin entender que si el estado con sus propias fuerzas gubernamentales no los protegía, estaban propensos a que también fueran víctimas de su propio invento.

Eso es lo que ha propiciado en los seguidores del contendiente de la reelección de Santos, ya que ahora uno ve a muchos de ellos diciendo que hay que votar por su candidato para impedir que la guerrilla sea la que mande en el próximo gobierno reelecto. Son los mismos que en su momento debieron presionar y amenazar a particulares sin que las autoridades se dieran por entendidas, como si por debajo de cuerda ellas mismas con el rumor que provocaron, estuvieran dando la orden de perseguir incluso a ciudadanos honestos. Por eso no es casual que muchos miembros de las fuerzas policiales gubernamentales hayan decidido participar en las elecciones de manera delictual para favorecer al candidato de Uribe. Y es que no se trata de hablar mal de unas personas que merecen todo el respeto de los colombianos, sino por lo que representan. En esos imaginarios guerreristas y de ínfulas de poder por algunos que hacen parte de los que quieren seguir gobernando y haciendo sus ganancias privadas, han decidido regresar a satisfacer sus apetencias particulares a donde la ley como tal no les representa nada. Es ahí, adonde por lo general muchos gobernantes terminan presos de los mismos que los han llevado a las cúspides gubernamentales, pues sus entornos no les permite que haya un libre asomo de democracia respecto de los que proponen ideas sociales diferentes.

Es hora de dar vía libre a los imaginarios de la paz que son los que necesitan nuestros supervivientes de toda está confrontación que ha diezmado a nuestro país con miles de víctimas inocentes. Aunque estamos por el candidato de la paz no quiere decir que si  el Centro Democrático llega al poder, tendrá que reconocer parte de  lo que ha hecho Santos a favor de ella.

La Paz, tal y como lo deja entrever la foto al comienzo de este artículo, parece que es la que finalmente ha tomado su propio rumbo. Y el estado y todas las fuerzas sociales que coadyuvan tendrán que seguir propiciando este camino mediante la cátedra en los colegios y las universidades, y en los diferentes foros ciudadanos para que al fin estemos convencidos que todo el desperdicio de vidas y de trabajo social durante estos 50 años sirva de reflexión para hacernos entender que si lo logramos, podemos ser parte del mundo desarrollado que todos queremos para nuestros descendientes. Unos ciudadanos que vivan sin el temor de ser perseguidos por sus ideas religiosas o políticas, donde no exista persecuciones tal y como lo han vivido por cuenta de los grupos armados de diferente índole en el campo, que le arrebataron sus bienes inmisericorde y los obligaron a emigrar a las ciudades a vivir bajo la ley de los más fuertes. Lo mismo que otros hemos tenido que vivir amedrentados en las ciudades por cuenta de estos acuciosos perseguidores privados y gubernamentales que convirtieron en toda una pesadilla a un país por cuenta de esta guerra insensata a donde más de uno quiso sacar provecho.

Mini-vídeo de simpatizantes con la reelección de Santos en Ibagué:
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