Colombia: "De política y políticos" *

HISTORIA 
Para los colombianos todavía la campaña para la presidencia apenas comienza a sentirse. Y no es para menos. Ya asistimos a la primera ronda para elegir los representantes al senado y a la cámara de representantes, que solo nos dejó la estela de un amplio margen de abstencionistas. Y aunque los grupos políticos midieron sus fuerzas, el gobierno sumo un amplio margen de votos a su favor, así el centro democrático de Uribe diga que ellos se impusieron como una fuerza legítima para disputarse el poder. El conservatismo que  quiso participar para dar fe cierta a sus seguidores de que existe como grupo, logró su propósito, a sabiendas que los que votaron por su candidata, estaban divididos respecto del gobierno de Santos, que muy seguramente muchos de ellos se unirán a éste en un momento dado.Ni que decir de Peñalosa. Vuelve y juega. Como el Ave Fénix resurge de su ostracismo como la variante adonde también la izquierda aparece dividida, encabezando también dentro de sus filas a los militantes que siguen las propuestas de un sector de ella, mientras con Clara López y Aída Abella se ve una posición más acorde a la propuesta de una paz con la guerrilla, y unos planteamientos dispuestos a seguir pregonando su orientación ideológica que va más allá de los otros grupos políticos que si bien están a favor de la paz de diferentes maneras, prefieren callar para evitar que el ciudadano del común entienda claramente la posición que está jugando el candidato de la Reelección.

Todos queremos la paz aunque algunos no quisieran que los que han participado en el conflicto armado también sean enjuiciados por sus crímenes de lesa humanidad, y a la vez que no quieren que participen en política. Y ahí, es donde los candidatos del centro democrático y Peñalosa no se atreven a jugársela con la propuesta oficial de Santos donde los planteamientos de Clara López y Aída Abella coinciden en parte con los del gobierno alrededor de la paz.

Si bien los seguidores de Uribe han bajado el tono respecto de la posible paz con la FARC y la posible participación del ELN en el mismo proceso, pero con otros matices, no se atreven a aceptar que el oficialismo contrario a lo que sucedió en el anterior gobierno que a toda costa buscó solucionar el conflicto mediante la guerra, además de haber confrontado con el gobierno venezolano sobre su política del socialismo y su aparente acuerdo tácito con la subversión.

Ya se sabe que la intención popular es de que se acabe con el conflicto mediante un acuerdo, pues en los años que estuvieron en el poder los que no están muy contentos con los acuerdos de paz, tan solo lograron que amainara con la muerte de varios de sus cabecillas, máxime ahora que la propuesta de Santos y la misma guerrilla en el plano internacional han logrado calar en el imaginario de los gobernantes y sus pueblos, que hasta los mismos Estados Unidos también están de acuerdo con las negociaciones que el estado aceptó de llevar los diálogos en medio de la confrontación, así el gobierno diga que en cualquier momento puede no seguir negociando si sus contradictores tácitamente no aceptan que por esta vía nunca llegaran al poder, porque incluso el orden internacional ya cambió. El viejo socialismo que a ultranza defendieron ya no existe ni siquiera en China. Y el de Cuba ya se ve con los cambios que viene dando Raúl Castro, que ha aceptado ciertas reformas de tipo capitalista, así como lo que suceda en Venezuela con su socialismo del siglo XXI tendrá que aceptar  a pesar de su economía planificada y todo lo que ello conlleva, a reconocer que estamos en un mundo más ínter dependiente donde ellos mismos no se pueden aislar. Ni China lo hizo, porque a todas luces lo que se vive allí, es un capitalismo de estado con un partido único que sabe que para sobrevivir económicamente y sostener su pujante economía, tiene que hacer alianzas con todos los países del mundo, además de demostrar que ya nadie discute que están en todo el mundo influyendo como los poseedores de todo el poder de un estado donde sus decisiones afectan para bien o para mal a todos los ciudadanos del orbe.
 
Si las elecciones todavía no nos conmueven a la mayoría de los colombianos, se debe a ese hastío que los mismos políticos han creado, donde seguramente habrá muchos que no querrán participar en ellas. Es muy probable que pueda haber como en los resultado de las elecciones recientes un alto abstencionismo. Aunque los que voten, seguramente estarán porque se firme un acuerdo de paz. Qué Peñalosa resurja de las cenizas puede ser posible. Qué el centro democrático también juegue un papel importante con Zuluaga, puede ser posible. Qué a pesar que hay muchos a favor de la formula presidencial de la izquierda a favor de Clara López y Aída Abello, seguramente que muchos ya están de acuerdo que lo importante está entre los candidatos que están a favor y en contra de la confrontación. Ya no se trata de las posibles relaciones que unos y otros hayan tenido con los paramilitares y con la guerrilla, porque lo que se quiere es que la paz sobreagüe por encima de todo.

De serlo, entonces también los otros muchos conflictos que existen en nuestro país se verán disminuídos, y así podremos saber si desde de esos altos estrados políticos donde se discuten los intereses por ver a una Colombia en mejores condiciones para enfrentar el recalentamiento global, la extinción de las especies que afectan la misma existencia,  la necesidad de los acuerdos para que el mal manejo de la energía nuclear afecte la misma vida humana sobre la tierra, y aún así discernir sobre la herencia que pensamos dejarle a nuestros herederos en una tierra asolada por el hambre debido a unas malas riquezas repartidas entre los países desarrollados y los emergentes y los subdesarrollados, o las posibles hambrunas y guerras por el agua dulce de la tierra ante la expoliación de los recursos mineros que sin miramientos atentan con el equilibrio ecológico del mundo.

Estas no son unas elecciones cualquieras. Y es una lástima que muchos colombianos no la entiendan. No se trata de una reelección. Se trata de aprovechar las circunstancias sociales y políticas del fin de una guerra interna que no ha permitido ver a los colombianos otros horizontes adonde la competitividad económica y tecnológica también hagan parte de nuestro desarrollo. El negocio de las drogas también ahora comienza a destapar todo los males que nos ha dejado en este conflicto donde los países que tienen sus recursos económicos ni siquiera ellos mismos han logrado controlar, y sobre ello seguramente estos mismos países tendrán que aceptar que también se equivocaron.

Tal vez hayan otras cosas por decir, pero estas son apenas el comienzo de otra nueva etapa en la vida de nuestro país. Y ojala que así suceda para el bien de todos los colombianos.

*Debido a que mi hacker particular bloqueó lo que venía escribiendo en Crónicas de un Autista  a pesar que uno pudiera creer que fue desde el mismo portal de Hoy.es

El autor no se confunde. Este bloqueo nunca ha sido por las opiniones expresadas, sino por tratar de acallar lo que viene contando sobre un delito de lesa humanidad cometido por inescrupulosos que en ríos revueltos, se trataron o se ganaron algo con presuntos familiares. No en vano desde que tiene uso de razón ha sentido ese sinsabor inescrupuloso de posibles autoridades venales, en una marca que todavía no termina porque pareciera que tuvieran algún negocio.

Y todo comenzó en la web cuando el autor comenzó a escribir Un autista en Colombia
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