Las marchas multitudinarias sucedidas este día reflejan el anhelo de los colombianos porque la paz sea la que fructifique en un acuerdo con las guerrillas de las Farc que surgieron en el gobierno de Guillermo León Valencia con el famoso "Plan Lazo" instigado por el gobierno de los Estados Unidos, y además sirva que las otras guerrillas también se motiven y entren de lleno a compartir el anhelo que la gran mayoría del pueblo quiere para que redunde en el desarrollo social y económico que todos queremos. Aunque si bien es cierto el mismo gobierno ha participado incluyendo a los militares que también han sido víctimas -lo mismo que sus familias- y que están de acuerdo porque se llegue a un final feliz, siguen otras víctimas no muy conocidas porque hacen parte de otras violencias que otros han vivido, pero que nunca salen a la luz pública porque nadie se entera y el mismo Estado parece que tampoco le interesara.
Se comparte que esta violencia insensata entre los mismos colombianos se termine de una vez por todas para que el futuro de las nuevas generaciones sea mejor del que hemos vivido.
No hay que olvidar que esa violencia a perneado nuestras mentalidades desde el descubrimiento de los españoles de nuestra América, sino que también durante todo este tiempo hemos estado sumidos en un estado de guerra que por el solo color de una bandera que representaba una idea política o religiosa, generaba más de una discordia que iba hasta la muerte por cuenta de esos símbolos. En realidad era producto de esas clases sociales por las que la humanidad vivió entre la lucha del feudalismo y el capitalismo, y que más tarde con el surgimiento del socialismo, esas guerras internas que también era fruto de las presiones internacionales y por las mismas mentalidades de esas generaciones, ocasionaron más víctimas de las cuales todavía muchos son incapaces de aceptar. La ley de víctimas no es más que un reflejo de lo sucedido en nuestro país, pero que las clases dirigentes con la muerte de "Gaitán" y el "Bogotazo" hoy en nuestro parlamento ha decidido en simbolizar como en el día de las víctimas, que a raíz de lo que se discute con la guerrilla de las Farc ha generado toda esa serie de marchas a favor de la paz. Ojala y se de por hecho en un acuerdo en las mesa de las negociaciones.
Las otras violencias son entre otras cosas las que se hacen subrepticiamente por los mismos organismos de seguridad contra personas que por alguna razón están marcadas como indeseables o porque tal y como el autor lo ha vivido, por alguna razón viven esas persecuciones de manera cruenta y sicológica donde actúan mediante esos esbirros que muchas veces lo hacen de manera gratis con tal de satisfacer a los que dan dichas ordenes. Es más, de manera soterrada riegan sus historias y las hacen aparecer como ciertas, mientras los ciudadanos incautos terminan aceptando lo que estos personajes dicen, y así cualquiera resulta perseguido y provocado en la misma casa donde vive, en el vecindario, y los negocios adonde trate de entrar, sus dueños y sus clientes terminan de esa manera tratando de cazar a un chivo expiatorio en el que el honor de una persona se ve comprometido con la infamia de unos mendaces que aparentando ser autoridades convierten en una jungla salvaje la ciudad a donde vive el presunto delincuente.
Este tipo de trabajos son los peores, pues muchos de ellos terminan muertos en las manos de delincuente que utilizan múltiples maneras de matar a los que han marcados, mediante la triquiñuela de darle una empanada adulterada con garfio dentro de ella, de colocar parte de una esponjilla metálica de cocina en la bandeja que ha pedido en un restaurante, o como le sucedió en esos años cruentos de los cuales no quiere acordarse donde usaron muchos métodos para asesinarlo que hasta en una hamburguesa casi cae en esa trampa, que de haber sucedido no lo estaría contando. Ya "El Embrujado" lo ha contado en sus historias.
Ese tipo violencia todavía no han salido a flote completamente, pero para resumirlo mejor, estos personajes actúan en connivencia con las autoridades que las aceptan o las patrocinan, donde las víctimas terminan muertas por que algún carro los atropelló, o porque la misma presión sicológica los hizo suicidarse ahorcándose o haciendo cualquier otra cosa por el miedo provocado por estos expertos asesinos que usan incluso hasta a sus mismas familias. Así son las infamias que incluso utilizan a todos los vecinos de un barrio. El autor que digo lo ha vivido por muchos años en diferentes partes del país, y en Venezuela. Vaya barbaridad. Y creo que no ha sido el único. Hubo un tiempo -según me lo decía otro- donde como consecuencia de esa guerra que los colombianos hemos tenido que soportar, de manera subrepticia unos vivarachos decidían a que vecino había que vilipendiar para quedarse con sus bienes mediante ese tipo de persecuciones que he dicho, y que creo no he sido el único.
En este día también hay que abogar por esas víctimas donde todo un vecindario sale en cacería por cuenta de alguien o algunos, para quedarse con algo que no les pertenece, o porque desde lo alto de los que tienen esos poderes de autoridad, los usan para satisfacer su apetitos personales. Así las vigilancias privadas muchas veces se han convertido en un escarnio para los ciudadanos indefensos. Esas también son víctimas en las que el Estado para poder ejercer sus funciones de defender la honra y bienes de los ciudadanos, debe hacer una mejor selección de los que entran a ser parte de nuestros hombres que nos protegen. No que la incumplan.
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